En el curso de la exploración de las propiedades de una partícula subatómica extraña, los físicos pueden haber tropezado con algo aún más extraño: una nueva forma misteriosa y exótica de la materia.
El intrigante descubrimiento se hizo más o menos simultáneamente por dos colaboraciones: el experimento Belle en la Organización Japonesa Acelerador de Alta Energía Investigación (KEK) y el experimento BESIII dirigido por el Instituto de Física de Altas Energías (ISEP) en China.
Ambos equipos estaban buscando a una partícula llamada Y (4260) que había sido descubierto en 2005, pero cuya naturaleza ha desconcertado a los investigadores desde entonces. Por rompiendo así los electrones y sus antipartículas, los positrones, los experimentos producen un gran número de Y (4260), que vive sólo para 10 a 23 segundos antes de que se desintegre en otras partículas. Los equipos dado cuenta de que sus datos tenían una protuberancia peculiar alrededor de 3,9 gigaelectronvoltios (GeV), una energía correspondiente a aproximadamente cuatro veces el peso de un protón.
“Inspirado por este descubrimiento, se decidió estudiar más a fondo el (4260) Y la decadencia, que de hecho no nos defraudó”, dijo el físico de partículas Zhiqing Liu, autor principal de un artículo del experimento Belle que apareció en la revista Physical Review Letters el 17 de junio . Un segundo artículo de BESIII, de las cuales Liu también es miembro, aparece en la misma edición.
Fuente: Wired
