El Gobernador Rick Scott insta a los juristas de su partido a preparar un texto legal que ataje los juegos de azar online, especialmente el que se lleva a cabo en los cibercafés que, visto el éxito entre sus clientes, incluso habían comenzado a instalar tragamonedas en sus locales, algo bastante común en otros sitios.
Sin embargo los abogados encargados de la elaboración de este proyecto no fueron muy finos en la redacción, y finalmente la ley aprobada contiene párrafos como este: “Por el término, “dispositivo tragamonedas”, entendemos cualquier dispositivo o red de ellos que pueda emplearse para un juego de azar”. Como ya habrán intuido, el veto abarca cualquier aparato con pantalla salvo, quizá, alguna calculadora antigua. Sin duda la falta de asesoría técnica especializada en este tipo de redacciones acá estuvo ausente.
Como es lógico la policía no se ha molestado en incautar las posesiones de los locales, si bien con los cibercafés la situación ha sido bien distinta. De un día para otro más de 1.000 locales se han visto obligados a cerrar, tanto los que tenían máquinas de juego como los que no. Estos locales tienen ordenadores que alquilan por tiempo, sobre todo a inmigrantes, para que contacten con su familia, revisen el correo o realicen transacciones bancarias. En los últimos tiempos algunos han comenzado a jugar en los casinos online, una actividad legal que, además, con una ligera ganancia amortizan la inversión en el ciber.
Pese a que el error por generalización es evidente, en grandes urbes como Tampa Bay u Orlando ya no es posible conectarse a Internet si no se dispone de una tarifa propia. Los principales cibercafés de la región han enviado una carta de protesta exigiendo la derogación de una ley que consideran “inconstitucional” que surgió “de las prisas por acabar con el juego después de que la teniente del gobernador se viera obligado a dimitir por un escándalo relacionado”.
