La planta nuclear Fukushima Daiichi en Japón ha tenido problemas con el agua tóxica abandonando el lugar de su reactor dañado y ahora la agencia nuclear de Japón está subiendo el nivel de toxicidad de estas aguas.
La autoridad de regulación nuclear de Japón está tratando de elevar el nivel de alerta de una fuga en la planta de 1 a 3 en la “International Nuclear and Radiological Event Scale” (INES). INES es una escala de siete puntos, la medida todavía tiene que ser aprobado por la agencia nuclear de la ONU.
La razón detrás de este aumento de la gravedad es el hecho de que 300 toneladas de agua radiactiva se filtran en el Océano Pacífico desde el diario de la planta, que contiene partículas radiactivas de cesio, el tritio y el estroncio. Para empeorar las cosas, Tokyo Electric Power Company (Tepco), dijo que un charco de agua tóxica emite 100 milisieverts por hora de radiación.
“Cien milisieverts por hora es equivalente al límite de exposición acumulada durante cinco años para los trabajadores nucleares, de modo que se puede decir que hemos encontrado un nivel de radiación lo suficientemente fuerte como para dar a alguien una dosis de cinco años de la radiación dentro de una hora”, dijo Masayuki Ono, director general de Tepco.
Los funcionarios ya están trabajando para tratar de evitar que más agua tóxica deje los tanques de almacenamiento, tales como la filtración, por ejemplo, sacos de arena se utilizan para rodear el depósito y absorber el agua.
Apenas la semana pasada, se anunció que Japón estaba estudiando la creación de un muro de hielo, lo que convertiría a tierra en una condición de tipo permafrost mediante el uso de refrigerante, esto sería construir un muro de contención subterráneo de hielo para contener el agua y evitar que entre en el Pacífico.
Sin embargo, el gobierno no cuenta con un presupuesto para el proyecto todavía, la empresa de construcción Kajima Corp tiene hasta el 31 de marzo 2014 para crear un estudio de viabilidad de la pared de hielo y el gobierno quiere que el proyecto sea terminado en julio de 2015.
Ya en marzo de 2011, un terremoto de 9,0 grados de magnitud sacudió Japón y paralizó el reactor de Fukushima Daiichi planta nuclear, esto causó un poco de caos con el lanzamiento de agua radiactiva, contaminación de los cultivos y por supuesto las miles de vidas perdidas.
