En un documento de Best Buy, donde se reflejaban las fechas en las que el reloj inteligente de Samsung se haría compatible con distintos teléfonos, también se recogía que la tasa de devolución del producto alcanza el 30%.
Una cifra muy alta a la que la compañía Coreana no acaba de encontrar explicación, más aún si tenemos en cuenta que en muchas de las grandes tiendas de Best Buy hay una sección exclusiva de Samsung con staff propio, cuyo objetivo es precisamente orientarnos en la compra del producto adecuado.
Sin embargo personalmente no creo que sea muy difícil encontrar la causas de la estampida de usuarios. La primera que se me viene a la cabeza es que la idea de tener que cargar tu reloj todas las noches es un despropósito. Suficiente condena nos parece a muchos el tener que cargar el móvil, todos los días y la tablet y el ebook, con cierta periodicidad, como para añadirle otro aparato más. Sumado esto a la posibilidad real de que el reloj te deje tirado en un momento determinado, algo que al usuario le cuesta asumir.
La segunda razón, y esta es aún más imperdonable si cabe, es la escasa funcionalidad del aparato. Aquí la incompatibilidad con aplicaciones clave como Facebook, Gmail, Hangouts o Twitter es totalmente incomprensible. Algo más entendible, no mucho más, es que sea compatible con solo unos pocos teléfonos de Samsung: los más nuevos Note 3 y Note 10.1 2014 desde un comienzo, a los que se unirán el S4, S3 y Note 2 en actualizaciones que tendrán lugar este mes y el que viene.
Entonces, al final nos queda un producto de 300 euros con un target muy limitado. Algo solo apto para entusiastas de la tecnología que estén dispuestos a asumir todos estos inconvenientes en pro de ser los primeros en tener un smartwatch marca Samsung.
