Luego de pasar 100 días en la estación espacial internacional desde junio y viajar casi 67 millones de kilómetros para aterrizar el 28 de octubre en el Océano Pacífico a bordo de la cápsula Dragon SpaceX., la araña Phidippus johnsoni, llamada “Nefertiti”, fue encontrada muerta en el Museo Nacional de Historial Natural. Todavía se desconocen los motivos, aunque podría ser producto del largo viaje o por el corto período de vida del animal.
“Si, es desafortunado. Parecía que se había ajustado bien a la Tierra y estaba animada. Diez meses de edad es tiempo suficiente para una pequeña araña como ella” señaló el representante del museo, Randall Kremer.
Amr Mohamed, un estudiante de 18 años en Alejandría (Egipto), fue quien propuso a la NASA enviar una araña al espacio para ver cómo se adaptaba al ambiente con menos gravedad.
Durante su misión de cien días, la araña se adaptó bien a la poca gravedad y aprendió a comer moscas de la fruta con un método poco ortodoxo. En vez de saltar hacia su presa como lo hacen comúnmente las arañas saltarinas en la Tierra, Nefertit se deslizaba hacia las moscas para poder comerlas. De acuerdo a Sunita Williams, comandante de la Tripulación 33, la araña se adaptó completamente al espacio en el período de tiempo que estuvo allí, y aprendió sin dificultades a alimentarse.
Luego de aterrizar en la cápsula SpaceX en medio del océano, los expertos trasladaron a Nefertiti a Japón, luego a California y por último al Museo Nacional de Historia Natural de Estados Unidos, lugar que sería su residencia definitiva.