El observatorio Chileno de Cerro Tololo ha comenzado sus trabajos de investigación en el marco del experimento The Dark Energy Survey, o DES, por sus siglas en inglés, orientado a descubrir los misterios sobre la energía oscura.
Su intervención permitirá observar detalladamente una octava porción de cielo nocturno, en cuya composición parecieran residir las claves sobre la expansión del universo. El telescopio Víctor M. Blanco, situado en el Observatorio Interamericano de Cerro Tololo, Chile, cuenta con una envergadura de 4 metros y una cámara digital especialmente diseñada para alcanzar resoluciones de 570 megapíxeles, a 5 mil grados cuadrados.
Nada menos que lo suficiente como para lograr observar el accionar de 300 millones de galaxias al detalle, más el comportamiento de otros miles de cúmulos galácticos aún más distantes, supernovas, y elementos diversos del movimiento universal. Los datos obtenidos serán procesados por el Centro Nacional para Aplicaciones de Supercomputación de la Universidad de Illinois, en los Estados Unidos, y posteriormente publicados a la comunidad científica.
Tradicionalmente, el concepto de energía oscura surge a raíz de los fundamentos cosmológicos que intentaron explicar el fenómeno de la expansión acelerada del universo, introducidos por Albert Einstein mediante la ecuación que determinó la inexacta estabilidad universal, ya que, como finalmente se comprobó, todo lo existente se encuentra en expansión acelerada.
La energía oscura, que nada tiene que ver con la materia oscura, es el misterio por excelencia de las ciencias de la física; la clave que permite un ordenamiento teórico sobre las ideas del hombre acerca del universo y su constante expansión. Mientras tanto, en Chile, la historia de la energía oscura recién comienza a escribirse.
