La NASA enviará una nueva misión a Marte en 2020 encabezada por el robot Mars Rover, parecido al Curiosity, pero de nueva generación y mucho más avanzado.
El robot, se encargará de buscar signos de vida pasada, recogerá muestras de todo tipo y enviará información para determinar si es posible enviar una misión humana en 2030.
Detrás del Mars Rover habrá un equipo de 19 científicos e ingenieros de las mejores universidades y centros de investigación de Estados Unidos y otros países. Hasta el momento, sólo hay evidencia de que Marte tiene una historia acuosa.
El Curiosity confirmó recientemente que las condiciones ambientales del pasado en Marte podrían haber apoyado microbios vivos, por lo que el Rover se encargará de utilizar sus instrumentos para un análisis visual, mineral y químico a escala microscópica para comprender el entorno alrededor del lugar de aterrizaje e identificar firmas biológicas o las características de las rocas y el suelo.
Después, el equipo científico recogerá al Rover y un paquete de hasta 31 muestras de núcleos de rocas y tierra para realizar en Tierra un análisis más minucioso.
Las muestras recogidas y analizadas por el rover ayudarán a comprender los riesgos del polvo marciano para una expedición humana y la forma de reutilizar el dióxido de carbono para crear oxígeno, ya sea para consumo de los astronautas o para combustible, además de mejorar la tecnología de aterrizaje y mejorar el valor científico de las misiones robóticas.
La Jet Propulsion Laboratory de la NASA, una división del Instituto de Tecnología de California en Pasadena, dirige el Programa de Exploración de Marte. Se calcula que la misión de 2030 costará 1,500 millones de dólares.
